Los inicios de la crisis se remontan a mediados del año 2007, con los primeros síntomas de las dificultades originadas por las hipotecas subprime. A fines del mismo año, los mercados de valores de Estados Unidos comenzaron una precipitada caída, que se acentuó gravemente en el comienzo del 2008. La confluencia de otros eventos de particular nocividad para la economía estadounidense (subida de los precios del petróleo, aumento de la inflación, estancamiento del crédito), exageraron el pesimismo global sobre el futuro económico estadounidense.
Rápidamente,del impacto de las hipotecas de crisis hubo repercusiones más allá de los Estados Unidos,pérdidas de los bancos de inversión ocurrieron en todo el mundo. Las empresas empezaron a dejar de comprar bonos por valor de miles de millones de dólares, a causa de las condiciones del mercado. El Banco Federal de los Estados Unidos y el Banco Central Europeo trataron de reforzar los mercados con dinero, inyectando fondos disponibles a los bancos (préstamos en condiciones más favorables). Las tasas de interés también fueron cortadas, en un esfuerzo para alentar a los préstamos. Sin embargo, a corto plazo las ayudas no resolvieron la crisis de liquidez (falta de dinero disponible para los bancos). La falta de crédito a los bancos, empresas y particulares acarrea la amenaza de recesión, la pérdida de empleos, quiebres y por lo tanto un aumento en el costo de vida.
Para marzo de 2009, los mercados bursátiles y de bonos han repuntado un poco. Además, se ha aliviado la presión sobre algunas firmas financieras de Estados Unidos. El FMI reportó que los sistemas financieros de Europa, Estados Unidos y Japón registrarán entre 2007 y 2010 $4,1 billones en pérdidas- hasta ahora el sector bancario ha perdido $1 billón. El FMI incluso propuso nacionalizar los bancos si fuese necesario. La acumulación de activos en problemas impide una recuperación económica: las pérdidas de crédito se proyectan mayores que las de EEUU. Los bancos necesitarán más dinero fresco para sanear sus balances, según el FMI.
Las autoridades económicas desde el inicio de la crisis, hemos optado por diferentes soluciones: la inyección de liquidez desde los bancos centrales, la intervención y la nacionalización de bancos, la ampliación de la garantía de los depósitos, la creación de fondos millonarios para la compra de activos dañados o la garantía de la deuda bancaria. Las medidas parecen tener como objetivo mantener la solvencia de las entidades financieras, restablecer la confianza entre las mismas, calmar las turbulencias bursátiles y tranquilizar a los depositantes de ahorros.
Rápidamente,del impacto de las hipotecas de crisis hubo repercusiones más allá de los Estados Unidos,pérdidas de los bancos de inversión ocurrieron en todo el mundo. Las empresas empezaron a dejar de comprar bonos por valor de miles de millones de dólares, a causa de las condiciones del mercado. El Banco Federal de los Estados Unidos y el Banco Central Europeo trataron de reforzar los mercados con dinero, inyectando fondos disponibles a los bancos (préstamos en condiciones más favorables). Las tasas de interés también fueron cortadas, en un esfuerzo para alentar a los préstamos. Sin embargo, a corto plazo las ayudas no resolvieron la crisis de liquidez (falta de dinero disponible para los bancos). La falta de crédito a los bancos, empresas y particulares acarrea la amenaza de recesión, la pérdida de empleos, quiebres y por lo tanto un aumento en el costo de vida.
Para marzo de 2009, los mercados bursátiles y de bonos han repuntado un poco. Además, se ha aliviado la presión sobre algunas firmas financieras de Estados Unidos. El FMI reportó que los sistemas financieros de Europa, Estados Unidos y Japón registrarán entre 2007 y 2010 $4,1 billones en pérdidas- hasta ahora el sector bancario ha perdido $1 billón. El FMI incluso propuso nacionalizar los bancos si fuese necesario. La acumulación de activos en problemas impide una recuperación económica: las pérdidas de crédito se proyectan mayores que las de EEUU. Los bancos necesitarán más dinero fresco para sanear sus balances, según el FMI.
Las autoridades económicas desde el inicio de la crisis, hemos optado por diferentes soluciones: la inyección de liquidez desde los bancos centrales, la intervención y la nacionalización de bancos, la ampliación de la garantía de los depósitos, la creación de fondos millonarios para la compra de activos dañados o la garantía de la deuda bancaria. Las medidas parecen tener como objetivo mantener la solvencia de las entidades financieras, restablecer la confianza entre las mismas, calmar las turbulencias bursátiles y tranquilizar a los depositantes de ahorros.
Causas
o Acumulación de capital por ahorro de China, India y Japón.
o Préstamo hipotecario y para consumo de Estados Unidos.
o Bonos negociables de Estados Unidos y la Unión Europea.
o Desequilibrio del sector público de Estados Unidos.
o Endeudamiento por guerra contra Irak.
o Déficit fiscal en el gobierno de Bush.
o Aumento de tasas de interés por préstamos.
o Falta de regulación y control en los Estados de los países del grupo de los 8.
o Liberalización financiera.
o Criterio no intervencionista.
o Crecimiento y desarrollo, puestos de trabajo, reordenamiento territorial de las instituciones de gobernabilidad de países emergentes.
Mecanismos
o Países emergentes.
o Nuevo lugar en el orden mundial.
o Nuevo protagonismo de la ONU, el FMI y el BM
o Regulación del sistema financiero.
o Europa suspende la ayuda a los países subdesarrollados.
o Estados Unidos analiza los paquetes económicos de estimulo a través de créditos.
o Cuestionamiento de compra de activos tóxicos en Estados Unidos.
o Reemplazo del dólar en el comercio internacional.
Consecuencias
o Proteccionismo de economías en diferentes países.
o Caída del gobierno en Letonia, Islandia, Hungría y República Checa.
o Multiplicación de conflictos sociales y bélicos.
o Estallidos sociales en Grecia, Letonia, Bulgaria, Londres y Estamburgo.
o Quiebra de industrias.
o Cierre de empresas.
o Desempleo.
o Recesión económica.
o Reducción de las exportaciones.
o Aumento de tasas arancelarias que provoca un encadenamiento entre la producción y el consumo.
o Pobreza.
o Crisis de los alimentos.
o Recesión y depresión.